A menudo vamos a ofrecer unas reflexiones de gran riqueza que nos escribe la Hermana Carmen Pérez, Sierva de Santa Teresa de Jesús. La cual se ha ofrecido gozosa para compartir en esta web `` Los rollos o experiencias´´ como ella les llama cariñosamente. La Hermana Carmen pertenece a la compañía de Santa Teresa de Jesús, fundada por San Enrique de Ossó y Cervelló en 1876, dedicada a la educación de los niños y las misiones. Actualmente colabora con varias web católicas en las que comparte las experiencias. También dirige un programa de Radio María llamado`` El Dios de cada día´´ los martes. Desde la Comunidad de las Madres Dominicas de Baza agradecemos la colaboración a la Hna. Carmen, será un regalo de Dios para tod@s. Gracías Señor!
UNA VENTANA ABIERTA.
AL DIOS DESCONOCIDO
Sólo
por Cristo sabemos a ciencia cierta que Dios nos ama y nos perdona: el amor de
Jesús, el corazón de Jesús, es el principio y el fin de todas las cosas. Esa es
nuestra fe, nuestra esperanza, y la gran realidad del amor de Dios que se nos
ofrece en la vida.
¿Recuerdan el
fragmento del Nuevo Testamento, en los Hechos de los Apóstoles, donde aparece
esta expresión: al Dios desconocido? Una zona de Atenas estaba rodeada de templos y santuarios dedicados a
los diferentes dioses que tanto griegos como romanos veneraban. Allí se
encontraban los templos más importantes de Zeus y Atenea, además de muchos
otros altares y lugares de adoración erigidos en honor a varias deidades
menores. Para asegurarse de que no hubieran pasado por alto ni un solo
dios, los atenienses también tenían un altar con la inscripción “al Dios
desconocido”
Pues, Pablo está hablando en
medio del areópago y dice: “Atenienses, veo que sois casi nimios en lo que toca
a religión. Porque paseándome por ahí y fijándome en vuestros monumentos
sagrados, me encontré un altar con esta inscripción: Al Dios desconocido. Pues
eso que veneráis sin conocerlo, os lo anuncio yo”.
En cierta manera buscadores de Dios somos
todos. Pero necesitamos de un encuentro para experimentar lo que dice Pablo: “eso
que veneráis sin conocerlo, os lo anuncio yo”. Es verdad que hay muchos que no
lo buscan, otros que lo niegan, y en realidad sin saber lo que niegan. Niegan a
Jesucristo sin conocerlo, sin saber Quien es. Ya sé que voy a decir una
perogrullada: si lo conocieran, no lo negarían, no podrían negarlo. Jesucristo
es realmente el gran desconocido por muchos.
En las puertas
de nuestros templos, de nuestros sagrarios podríamos poner “al Dios
desconocido”. Por eso estamos tan perdidos, tan sin rumbo. Por eso hay tanta
desesperación, violencia, ya que sólo por Jesucristo sabemos realmente quienes
somos y la grandeza que puede haber en toda nuestra humanidad, en todo lo
humano, en toda relación y encuentro que nos abra a lo mejor de nosotros mismos
y de los demás. Sólo por Jesucristo
podemos abrirnos, como hijos en la casa del Padre, al sentido de nuestra vida y de nuestra
muerte, de nuestro destino, vivir llenos de confianza y esperanza porque todos
nuestros pasos tienen un sentido. Sólo por Él sabemos a ciencia cierta que Dios
nos ama y nos perdona. Sólo es seguro lo que se manifiesta en el Corazón de
Jesús, la actitud que en Él alienta, la fuerza que en Él palpita.
“Es muy
cierto, dice Romano Guardini, lo que tantas veces se predica de manera
inadecuada: el Corazón de Jesús es el principio y el fin de todas las cosas.
Todo lo restante que está firmemente asentado –cuando se trata de vida o muerte
eterna- sólo lo está en función del Señor y gracias a Él”. Si los que decimos conocer
y creer en Jesucristo lo conociéramos, y creyéramos realmente en Él,
con lo que significa creer en alguien, confiar en alguien, estar
seguros de la amistad de alguien, nuestra vida y entorno sería distinto
porque lo comunicaríamos. No se sabe más que lo que se experimenta: la luz da
luz, y la sal da sabor.
Siempre
estamos ante el Corazón de Jesús, ante su mirada: ésta es nuestra fe. Todas las
cosas todos los acontecimientos se realizan ante su mirada. Cuando nos sentimos
mirados con amor nuestra vida cambia. La vida del cristiano es profundizar en
su relación con el “Corazón de Jesús”, como ocurre en las relaciones más serias
y profundas de la vida: amor en el matrimonio, amor de los hijos y de los
padres, amor entre los amigos. Jesucristo no es un hombre genial con sus
emociones, fracasos y éxitos, es el Hijo del Padre en quien se nos pone de
manifiesto nuestra relación de filiación con Dios. El Corazón de Jesús nos pone
de manifiesto lo que Jesús nos trajo, ha traído al Dios desconocido y con Él, la verdad de nuestro origen y
nuestro destino. Ha traído el Evangelio que no es sólo la traducción que
expresa la Buena Noticia como decía Benedicto XVI. Suena muy bien, pero está muy por debajo de la
grandeza que encierra la palabra “Evangelio”. No es un discurso meramente
informativo, sino operativo; no es simple comunicación, sino acción, fuerza
eficaz que nos penetra, nos salva y transforma.
Jesús de
Nazaret anuncia simplemente a Dios; nos dice que Dios es real, que es nuestro
Padre, que viene a nuestro encuentro. El Evangelio nos presenta un cuadro completo
de la humanidad auténtica, en las Bienaventuranzas se nos muestra cómo se llega
a ser hombre. El hombre sólo se puede comprender a partir de Dios, y sólo
viviendo en relación con Dios su vida será auténtica. Pero Dios no es alguien
desconocido y lejano, nos muestra su rostro en Jesús. La celebración de la
fiesta del Corazón de Jesús nos hace vivir la experiencia de Teresa de Jesús:
oración es tratar de amistad con Quien sabemos nos ama.
Todos los
hombres desde hace ya más de dos mil años somos contemporáneos de Jesucristo.
Eso es encontrarnos con Jesucristo: sentir su contemporaneidad con
nosotros, Él está siempre con cada ser
humano que le busca. En el Evangelio de
San Mateo hay una frase que conmueve:
“venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados que yo os aliviaré,
porque mi yugo es suave y mi carga ligera”. Probémoslo. Es una invitación a
acercarnos a la Iglesia, a dejarnos amar por Jesucristo, a sabernos hijos que
van a la casa de su Padre y así también sabremos acoger a todos los cansados y
agobiados.
Me ha encantado. Desconocia lo del Dios desconocido
ResponderEliminarViva Radio María
EliminarMuchas gracias Hermana Carmen, por sus palabras, por acercarnos a Dios con sus reflexiones, esperamos poder disfrutar en muchas ocasiones más de sus "rollos o experiencias.
ResponderEliminarGracias!!
ResponderEliminarGracias gracias JESÚS! Por la Hermana Carmen que tanto nos ayuda con las experiencias.
ResponderEliminarAntes de seguir mi camino,y de poner mis ojos hacia adelante,alzó otra vez,solitaria,mis manos hacia Ti,al que m acojo que en el más hondo fondo de mi corazón consagre,solemne,altares para que en todo tiempo Tú voz,una vez más,vuelva a llamarme.
ResponderEliminarAbrasame encima,inscrita hondo ,la palabra: al Dios Desconocido: Suya soy y siento los lazos que en la lucha me abaten y si huir quiero,me fuerzan al fin su servicio.
Quiero conocerte,Desconocido Tu que ahondas en mi alma!!!! Que suecas mi vida cual tormenta,Tú inaprehensible,Mi semejante!!!! Quiero conocerte!!!! Servirte quiero!!!! Si quiero!!!!
Con todo mi amor......la Lolica!!
Gracias
ResponderEliminarLa escucho en radiomaría
Es un lujo poder escuchar las reflexiones de la hermana Perez
ResponderEliminarMuchas gracias hermana!!!!
He descubierto hace muy poco esta audición. Gracias hermana! Es para meditar y seguir aprendiendo, me afianza en la Fe, y es un bálsamo sus audiciones. gracias. Gracias.
ResponderEliminarGracias, por anunciarme un Evangelio que no es informativo, sino operativo,muchas gracias hermana Carmen cuanto bien nos hace Dios a través de su persona. Le llevamos en nuestras oraciones.
ResponderEliminar¡Viva La Santísima Trinidad, la Virgen María, la Santa Madre Iglesia, usted y Radiomaria!
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