EL ROSARIO Y LA ORDEN DE PREDICADORES

         LOS DOMINICOS Y DOMINICAS

     Nuestro Padre Santo Domingo, inspirado por la Madre de Dios, comenzó a recitar muchas veces el Ave María, unida a la meditación y contemplación de los misterios principales de la vida de Cristo y de su Madre. Con esta devoción y práctica mariana, Santo Domingo intentaba alabar y proclamar las grandezas de María, como Madre de Cristo, doctrina y realidad que negaban los albigenses. Esta práctica oracional fue instituida por nuestro Padre Santo Domingo.



     

Fue Alano de la Roche. Dominico en el siglo XV el que le dio la estructura que conocemos hasta nuestros días. El Santo Rosario es la oración que más le agrada a la Stma. Virgen. Así pues para un buen cristiano es hacer lo que agrada a nuestra Madre. Y María que es el orgullo de nuestra raza, nos ha dicho en muchas ocasiones, pero sobretodo en Lourdes y en Fátima que el Rosario es la oración que más le agrada. 

En la tradición de la Iglesia los Papas han insistido en esta oración, copio lo que dijo del Rosario San Pio X. “El Rosario es de todas las oraciones la más bella, la más rica en gracias, la que más complace a la Stma. Virgen”